viernes, 18 de mayo de 2018

TANTRA: CONCEPTO DE SEXUALIDAD Y CLAVES DEL AMOR


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El Tantra, una filosofía oriental con más de 4000 años de historia, ha ido ganando fama en occidente en los últimos tiempos. No obstante, muchos de estos nuevos seguidores no tiene una concepción adecuada de dicha corriente, basándola únicamente en la idea errónea de que se trata de una forma distinta de practicar sexo.

Por el contrario, podemos definir el Tantra como una revolución interna, así como la capacidad de despojarse de todas las creencias, moralidades e ideas previas de la mente para crear el espacio interno que uno precisa para concebir la versas infinita e intemporal, aportándonos herramientas de comprensión y aceptación de nuestra naturaleza, que nos permiten amarnos a nosotros mismos en primera instancia, lo que nos permite asimismo amar a nuestro prójimo.

Para entender este nuevo concepto, es imprescindible redefinir la sexualidad desde el punto de vista del Tantra. Según esta corriente, la esencia del concepto radica en que la energía sexual, que proviene de la interacción de las polaridades masculina y femenina, no salga del cuerpo, sino que sea retenida dentro de él, contrario a lo habitual, donde es liberada mediante los buscados orgasmos y eyaculaciones. Si adquirimos la capacidad de mantener esta energía dentro del cuerpo, a esta se le da la oportunidad de volver al cerebro, su lugar de origen, donde nutrirá a las glándulas pinea y pituitaria. Esto constituirá un ciclo cerrado donde la energía de este tipo se reabsorbería y se reciclaría, convirtiendo el sexo en una fuerza revitalizadora y energética.

Una vez adquirida una concepción diferente de la sexualidad, es momento de aprender las claves del amor aplicadas a dicho concepto renovado.
En primer lugar, los tántricos sitúan los ojos, calificándolos de ventanas del alma, así como de un canal idóneo para la energía sexual. A través de ellos emanamos energía, pero también la recibimos con la denominada "visión blanda", práctica muy importante que consiste en la capacidad de mirar de fuera hacia dentro, lo que nos hace más receptivos y facilita la intimidad, ya que cuando la energía es invertida, esta se instala e el corazón, llenándolo y engrandeciéndolo.
Durante el acto sexual, el contacto visual intensifica el estado de consciencia del momento presente, siendo este último concepto muy repetido en esta corriente, que se fundamenta en estar presente en el momento presente con los cinco sentidos, que parece un absurdo pero que se convierte en un imposible para muchos.

A continuación sitúan la respiración, que tiene gran importancia respecto a la energía sexual. Como otros aspectos, existe una manera adecuada de controlar la respiración. Esta debe ser lenta y profunda, en un intento de respirar hacia abajo, a través del diafragma dirección a los genitales. El Tantra dice que cuando los amantes respiran rítmica y simultáneamente no habrá eyaculación. Si la respiración guarda un ritmo, el cuerpo absorbe la energía, nunca la echa hacia fuera, reciclándose esta como previamente se ha nombrado.

Por desgracia es raro que la gente hable sobre el momento presente, más mientras hace el amor. Si lo hiciéramos, se resolverían muchos problemas. La comunicación acerca de lo que se siente en el cuerpo y en el corazón es crucial, tanto o más mientras se hace el amor. No solo es importante hablar, sino se consciente de qué se dice y cómo se dice, para ello, es imprescindible conocerse primero a uno mismo.

La consciencia genital se basa en el enfoque interno de los mismos, es decir, sentir los genitales desde dentro, lo que aporta consciencia sobre los mismos, haciéndolos más sensibles y vivaces. Esto se consigue a través de movimientos más lentos, sumado a la relajación de la base pelviana, que hace que la energía sexual se relaje a su vez y se expanda. A partir de este punto, esta y las próximas claves se centran principalmente en pasar de la función de hacer a la dimensión de estar.
Los tocamientos, los roces y las caricias son expresiones naturales del amor. Para que estas sean plenas y se pueda acceder a la energía sexual en su mayor exposición. acariciad con manos relajadas, amistosas, conscientes, lentas y empáticas, aceptando e irradiando energía sexual proveniente del calor de las manos.

La energía sexual funciona mejor cuanta más relajación experimente el ambiente. Esta se puede obtener a través del estado de consciencia así como reduciendo el esfuerzo físico típicamente asociado al acto. La verdadera relajación existe cuando arrastráis vuestra atención de fuera hacia dentro, de la actividad al descanso, es entonces cuando la experiencia es realmente profunda. Es importante mantener el plexo solar relajado y consciente, ya que el intercambio sexual entre el hombre y la mujer cambia radicalmente.

Por último, en cuanto a la penetración, el Tantra contempla dos formas viables. La penetración superficial, que no requiere de una erección previa, lo que libera al hombre de responsabilidad. A pesar de que en un principio el contraste que produce la ausencia o disminución del movimiento parece dar lugar a menores sensaciones, llega un momento en el que los genitales comienzan a excitarse juntos, en armonía. Es utilizada por muchas parejas como fase inicial para hacer el amor.

Por otro lado, la penetración profunda, consiste en alcanzar una satisfacción superior al orgasmo. La energía femenina se localiza en la parte superior o más profunda de la vagina, que pasa desapercibido debido a la satisfacción que producen las rápidas fricciones sobre los primeros centímetros de la vagina, que hacen que centremos la atención en la búsqueda del orgasmo. Para ello, la penetración debe ser profunda, prolongada y porosa.

En definitiva, estas son las claves que el Tantra sigue para aprovechar al máximo esta energía sexual que ha sido históricamente desperdiciada, perteneciente a esta "nueva" sexualidad.

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