domingo, 22 de mayo de 2016

ABUSO SEXUAL





El abuso sexual es otra forma de abuso de poder, la peor de todas, especialmente cuando se manifiesta sobre niños y adolescentes, un abuso de poder que marcarán sus vida. El abusador se refugia en el secreto, que le protege y le permite repetir la misma actuación. Esta ley del silencio agudiza los efectos y las consecuencias que la víctima sufrirá durante gran parte de su vida. Por eso es tan importante que hablemos de la existencia de los abusos sexuales y los reconozcamos su existencia.






Frecuencia


Generalmente ocurren a lo largo de mucho tiempo, meses o años. Se producen en todas las clases sociales y son muchas las niñas y niños afectados. Estimamos que entre el 20 y 30% de las mujeres han sido abusadas sexualmente en su infancia o adolescencia. Sin embargo, el silencio y el secreto que rodea a estas experiencias nos hace pensar que son casos raros.






Efectos y consecuencias



Niñez y adolescencia: miedo, problemas para dormir, pesadillas, confusión, sentimientos de culpa, vergüenza, ira, junto con la incapacidad de manejar estas emociones. Los peores efectos se presentan cuando es el padre el abusador, porque las niñas además pierden la confianza en el ser que debe protegerla. Estas niñas se quedan indefensas frente al mundo masculino porque mezclan el sexo con el afecto, con el cuidado, el poder y el cariño.




Pubertad: padecen muchas de estas secuelas: dolor de estómago, problemas de concentración, dolor de cabeza, trastornos en el sueño, fuertes molestias en el ciclo menstrual… junto con una pobre autoestima, odio a su propio cuerpo, depresión, fobias, ansiedad y comportamientos autodestructivos.



Adultos: tratan de protegerse de los síntomas padecidos anteriormente apartándose de las relaciones sexuales. Padecen depresión crónica y a veces se ven impulsados a buscar alivio en todo tipo de adicciones, episodios de automutilación y tentativas de suicidio. También presentan sentimientos negativos acerca de sí mismos y del sexo, dificultades para establecer relaciones sociales, y cuando lo hacen, presentan una tendencia a mantener relaciones insanas.









Lo que nunca debemos hacer


Actitudes que nunca debemos tomar con una víctima de abuso infantil.
Negar que el abuso ha ocurrido
Tener una reacción de alarma
Culpar al niño del abuso
Tener la actitud de ir a hablar con el abusador
Hacer interrogatorios exhaustivos al menor
Tratar al niño de forma diferente a antes
Sobreprotegerle
Recordarle continuamente el suceso




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