La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta como deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Se caracteriza en su forma típica por una pérdida de la memoria inmediata y de otras capacidades mentales, a medida que mueren las células nerviosas (neuronas) y se atrofian diferentes zonas del cerebro. La enfermedad suele tener una duración media de 10 años, aunque esto puede variar en proporción directa con la severidad de la enfermedad al momento del diagnóstico.
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia, es incurable y terminal, y aparece con mayor frecuencia en personas mayores de 65 años de edad.
¿Pero qué tiene que ver la memoria con el Alzheimer?
La plasticidad sináptica, es el mecanismo fundamental del aprendizaje y la memoria, tanto en el ser humano como en el resto de los animales.
Se conoce la existencia de un descontrol de este mecanismo durante la enfermedad de Alzheimer, donde la proteína PTEN actúa de forma excesiva sobre las sinapsis, debilitándolas e impidiendo que funcionen para la formación de memorias. No obstante, hoy en día se desconocen las causas de este descontrol proteico.
Los investigadores citados en la noticia han conseguido el bloqueo de la llegada de PTEN a las sinapsis, mediante una herramienta molecular con la que han hecho posible que los ratones enfermos de alzhéimer conserven su memoria.
Se conoce la existencia de un descontrol de este mecanismo durante la enfermedad de Alzheimer, donde la proteína PTEN actúa de forma excesiva sobre las sinapsis, debilitándolas e impidiendo que funcionen para la formación de memorias. No obstante, hoy en día se desconocen las causas de este descontrol proteico.
Los investigadores citados en la noticia han conseguido el bloqueo de la llegada de PTEN a las sinapsis, mediante una herramienta molecular con la que han hecho posible que los ratones enfermos de alzhéimer conserven su memoria.
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