viernes, 6 de abril de 2018

Inteligencia emocional

 

     Siempre hemos oído decir que el Cociente intelectual es un buen indicador para saber si una persona será exitosa en la vida. La puntuación del test de inteligencia, decían, podía establecer una relación fuerte con el desempeño académico y el éxito profesional. No obstante, los investigadores y las corporaciones empezaron a detectar hace unas décadas que las capacidades y habilidades necesarias para tener éxito en la vida eran otras, y éstas no eran evaluables mediante ningún test de inteligencia, sino mediante la inteligencia emocional y las relaciones con los demás.


     La inteligencia emocional es un concepto, en gran parte hipotético, que agruparía cogniciones y conductas útiles para apreciar y expresar de manera justa las emociones propias y las de otros, además de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones. Todo esto tiene su explicación en el sistema nervioso, este se divide en dos partes especialmente importantes: El sistema límbico que parece ser el principal responsable de nuestra vida emocional, y tiene mucho que ver con la formación de los recuerdos y el    sistema nervioso autónomo, el cual participa en la regulación de las respuestas emocionales, (por ejemplo: el placer, miedo, agresión) el aprendizaje y la memoria. Nuestra personalidad, nuestros recuerdos y en definitiva el hecho de ser como somos, incluso nuestro instinto sexual.
   

    Como hemos mencionado anteriormente, la inteligencia emocional es un conjunto de habilidades que influyen en la manera en que nos expresamos, desarrollamos relaciones sociales y hacemos frente a desafíos.
   
     Estas competencias se dividen equitativamente en cinco grupos: autopercepción, expresión personal,
interpersonal, manejo de estrés y toma de decisiones.
 
      Dentro de la autopercepción podemos encontrar: la autoestima que consiste en respetarse a sí mismo y al mismo tiempo entender y aceptar nuestras fortalezas y debilidades. La autoestima es asociada con frecuencia a los sentimientos de fortaleza interior y confianza en sí mismo. La autoactualización la cual es la voluntad de tratar con persistencia de mejorar uno mismo y comprometerse en la búsqueda de objetivos relevantes y significativos que nos lleven a una vida más agradable y divertida. Y en tercer lugar, la autoconciencia emocional que implica reconocer y entender nuestras propias emociones, sabiendo diferenciar las sutilezas en ellas. También se debe comprender la causa de estas emociones y el impacto que tienen en nuestros pensamientos y acciones así como las de los demás.
 
      Por otra parte, la expresión personal envuelve la expresión emocional pretendiendo  manifestar abiertamente nuestros sentimientos de forma verbal y no verbal. La asertividad que implica comunicar abiertamente nuestros sentimientos, creencias y pensamientos, y defender los derechos y valores personales de una manera socialmente aceptable, no ofensiva y no destructiva y por último, la independencia.
   
      Asimismo, la competencia interpersonal concentra las relaciones interpersonales que son la habilidad de desarrollar y mantener relaciones mutuamente satisfactorias que se caracterizan por la confianza y compasión. La empatía, que pretende reconocer, comprender y valorar cómo se sienten las otras personas; implica ser capaz de expresar nuestra comprensión de la perspectiva y comportamiento de otras personas de una manera respetuosa con los sentimientos de los demás. Y en último lugar, la responsabilidad social cuyo objetivo es contribuir voluntariamente a la sociedad, a los grupos sociales, y en general al bienestar de los demás. Implica actuar responsablemente, tener conciencia social y mostrar preocupación por toda la comunidad.
     En cuarto lugar, el manejo del estrés el cual incluye la flexibilidad, que pretende adaptar nuestras emociones, pensamientos y comportamientos a circunstancias o ideas desconocidas, impredecibles y dinámicas. La tolerancia al estrés la cual nos ayuda a lidiar con situaciones estresantes o difíciles y creer que uno puede manejarlas. Además del optimismo.
    Finalmente, la toma de decisiones que alberga términos como la resolución de problemas, es decir, la capacidad de encontrar soluciones a los problemas en situaciones que involucran diversas emociones y cómo afectan a la toma de decisiones. Las pruebas de realidad, esta capacidad implica reconocer cuando las emociones o prejuicios personales pueden hacer que uno sea menos objetivo. En último lugar, el control de impulsos que es la capacidad de resistirse o retrasar un impulso o tentación de actuar e implica evitar comportamientos y decisiones apresuradas.


Daniela Casanova
Celia Cáceres

No hay comentarios:

Publicar un comentario