viernes, 6 de abril de 2018

INTELIGENCIAS MÚLTIPLES APLICADAS A LA EDUCACIÓN


La Teoría de las Inteligencias Múltiples fue ideada durante la década de los 80 por el psicólogo estadounidense Howard Gardner, contraria a la creencia de una inteligencia única. Gardner propuso que la vida humana requiere del desarrollo de varios tipos de inteligencia y que las capacidades de nuestra mente no forman parte de una sola habilidad llamada inteligencia, sino de muchas. Según esta teoría, cada persona dispone de varios tipos de habilidades mentales, concretamente 8 (aunque el propio autor reconoce que probablemente existan más que aún no han sido descubiertas), que utilizan diferentes zonas del cerebro que se conectan entre sí pero que pueden trabajarse de manera individual. Esto desbanca el paradigma de la relación entre méritos académicos e inteligencia, por lo que el concepto de enseñanza tradicional queda de la misma forma obsoleto, ya que típicamente, en la cultura occidental, se ha hecho mucho hincapié en las inteligencias matemático-lógicas, verbal o lingüísticas, relegando otras como la inteligencia cinestésica. Estos sesgos, añadidos a la teoría tradicional de la inteligencia, han limitado nuestro desarrollo de planes de estudios, estrategias de enseñanza y métodos de evaluación, incluyendo la manera de medir la inteligencia. ¿Cuántos niños han podido ser infravalorados por no estar dentro de la media de estas inteligencias “importantes”?
Por lo tanto, el nuevo reto del sistema educativo, que puede dar comienzo a pequeña escala por parte de los profesores en las aulas, consiste en identificar las fortalezas y debilidades del niño, gestionarlas y desarrollarlas de acuerdo a éstas.
Por ejemplo, la inteligencia lógico-matemática, en la que se basaban históricamente los baremos del antiguo concepto de inteligencia se podría potenciar con la utilización de experimentos y la resolución de acertijos, juegos de lógica o juegos matemáticos. La inteligencia verbal, es decir, la capacidad para comunicar tanto oralmente como por escrito o gesticulando, contrario a lo que se pueda creer, se puede fortalecer con actividades como la lectura o puesta en común de experiencias, comentando textos, preparando debates, charlas o la exposición de trabajos, o con otras actividades más creativas e innovadoras como organizar una radio o la escritura de un libro en común. La inteligencia visual-espacial, relativa a la diferencia de perspectivas, se favorece con el uso de esquemas y de mapas conceptuales, el dibujo, actividades como hacer murales o la exposición de trabajos con el uso de imágenes, si puede ser realizadas por el propio alumno.

En cuanto a las inteligencias menos trabajadas en el aula, la inteligencia cinestésica-corporal, se puede impulsar con la dramatización en la explicación de algún tema y con el ejercicio físico (utilización de dinámicas de movimiento en la explicación). La inteligencia musical se potencia con la creación de ritmos o con juegos musicales o tocando algún instrumento. La inteligencia interpersonal, de gran importancia a día de hoy, es la referida a la comprensión de las circunstancias de aquellos que nos rodean, se puede mejorar principalmente con actividades de grupo. La inteligencia intrapersonal, el bienestar con uno mismo, se fortifica con la expresión de los sentimientos. Por último, la inteligencia naturalista se desarrolla con salidas y actividades en la naturaleza o haciendo proyectos de investigación.
Este modelo de enseñanza basado en diferentes estrategias para la adquisición de conocimientos puede parecer a día de hoy una utopía, así como el evaluar de manera personalizada a cada alumno, sin embargo, algún día reconoceremos que somos seres diferentes, con distintos tipos de inteligencias, más complejos y más completos que este anticuado concepto de inteligencia. Será entonces cuando comprendamos la grandeza de todo ser humano.

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