A
muy pocas personas no les interesa el sexo, pues nosotros somos un
producto de ello, de una unión entre una célula femenina y otra
masculina. Así, desde pequeños estamos relacionados con el sexo, y
esto se materializa aún más a una temprana edad cuando nos
acariciamos los genitales.
Todo
aquello que hagamos como pintarnos los labios, ir al gimnasio o
arreglaros, aunque creamos que lo hacemos porque nos gusta a
nosotros, nuestro subconsciente lo hace con una finalidad sexual, ya
sea para gustarle a quien te gusta o para gustarle a cualquier
persona, porque el simple hecho de saber que alguien es atraído por
ti es suficiente para darnos vitalidad y confianza.
Cuando
el deseo es mutuo, se despierta en nosotros la esperanza del amor,
porque el amor es una de las cosas más importantes, amar y ser
amado, por ello, cuando éste se materializa en alguien, el sexo se
convierte en la mejor manera para expresarlo.
Cuando
hablamos de una relación sexual no lo hacemos del coito, una
relación sexual es el cambio de energía sexual entre dos personas
capaces de excitarse mutuamente sin necesidad de llegar al coito, con
una simple mirada o una simple caricia. Pero no excitarse con motivo
sensacional, también emocionalmente.
Las
emociones juegan un gran papel en este tema ya que cuando logramos
pasar la línea del sexo con objetivos placenteros y le sumamos lo
emocional, la relación sexual puede convertirse en algo más grande.
Principalmente
hay que hacer una distinción entre dos conceptos: emociones y
sentimientos, los cuales los utilizamos como conceptos similares,
pero entre ellos existe una gran diferencia. Los sentimientos son la
expresiones conscientes que tenemos del ahora, mientras que las
emociones son el reflejo de lo que ya ha sucedido anteriormente y lo
expresamos de manera inconsciente. Es bueno tener una diferencia
entre ellos y más cuando lo relacionamos con el amor ya que eso nos
permitirá conocer más nuestra psicología.
Por
tanto, las emociones se suelen evitar, reprimir, o demorar y cuando
se expresan a menudo son desagradables. Esto es un error ya que son
algo fundamental en una relación sexual.
Biológicamente
estamos diseñados para disfrutar, por ello solemos relacionar el
sexo con emociones agradables, como pueden ser el deseo, la alegría,
la pasión, la satisfacción, la ternura.... No es raro que esta
intensidad emocional vaya acompañada de gritos, risas, o incluso del
llanto.
En
las emociones de una relación sexual se distinguen al hombre y la
mujer, ya que a la hora del coito para él es simplemente fricción
del pene en el interior de la vagina , y la mujer busca algo más que
eso. Por ello, en la sociedad se dice que las mujeres tienden a ser
demasiado emocionales. Debido a esto último, sumándole que muchas
veces las mujeres no expresan lo que realmente desean de su pareja,
los hombres poseen una frustración ya que no comprenden el carácter
cambiante de la mujer debido a la falta de emociones en su relación.
Practicar el coito sin la presencia
de las emociones, sin quererlo puede crear en la mujer un sentimiento
de frustración que le hace creer que verdaderamente ha sido
utilizada, ello puede crear insatisfacción y sensación de
distanciamiento hacia su pareja.
Por
último, dos consejos para los dos hemisferios de una relación:
-Para
ella: no retengas tus emociones ya que son tan poderosas que pueden
destruirte tanto a ti como a tu pareja. Déjalas fluir tanto en tu
relación como en el acto sexual para obtener resultados mejores y
positivos y así evitar centrar tu frustración en tu pareja.
-Para
él: saca tu naturaleza esencial amorosa y no dejes que tu relación
se convierta en un simple coito basado en la fricción. Une el sexo y
el corazón y utiliza las buenas emociones
Con
estos dos consejos, obtendrán una buena relación sexual.
PAULA BETANCOR Y UXIA PIÑEIRO
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn nuestra opinión, no nos gusta hacer distinciones entre hombre y mujer para no fomentar la desigualdad en la sociedad. En este caso esta distinción fomenta un poco el machismo, pues está dejando a las mujeres como demasiado "sensiblonas" , aunque también da a notar como que los hombres son muy insensibles. Obviamente no ibamos a poner en duda los datos de una buena escritora ni de algunos estudios realizados, por lo que para no poner una información erronea, nos hemos adaptado a la realidad a pesar de no compartir sus ideas y hemos escrito la información de diferentes fuentes con un estilo propio.
ResponderEliminar